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Pocos clubes llevan asociadas
señas de identidad tan poco afines a lo futbolístico, pero tan relacionadas con
las referencias de su ciudad. El Gil Vicente FC es un caso excepcional. No es
habitual, en la élite, que un club de fútbol sea nombrado con el nombre de un
escritor y dramaturgo. Ese es el caso del club más representativo de la ciudad
de Barcelos (60.000 habitantes en el núcleo de Barcelos, 125.000 en todo el
municipio), al Norte del país, concretamente en el Distrito de Braga. Si no era
poca la seña de identidad, de llamarse Gil Vicente, el equipo, conocido
popularmente como “galos” debe ese apelativo al Gallo de Barcelos, protagonista
de una leyenda asociada al Camino de Santiago y a un peregrino gallego de paso
por Barcelos. Sin duda, uno de los símbolos de Portugal.
De la mano del sexagenario
António Fiúza, presidente de la entidad, el club está en una fase de
crecimiento deportivo, social e institucional, que está empezando a
protagonizar espacios en la prensa y los mentideros futbolísticos lusos. Su
último fichaje para dar impulso institucional al club es el de Pedro Coelho,
jóven con extensa formación, que ha sido contratado como Director General de la
entidad. 33 años, una apuesta de futuro.
Si hay apuesta de futuro en la
parcela gerencial del club, nos centramos ahora en la deportiva, con la apuesta por João
de Deus en el banquillo (37 años), sin experiencia en Liga Zon Sagres, y
curtido en diferentes y variados destinos: Preparador Físico en el Interclube
de Angola; seleccionador de Cabo Verde con 32 años y Lucio Antunes –actual
seleccionador de ayudante – durante tres temporadas; entrenador en el Ceuta
(con un ambicioso proyecto en 2ªB que embarrancó) y posterior ascenso en el
fútbol luso en los banquillos de Farense, Atlético CP y UD Oliveirense, una de
las revelaciones de la pasada temporada en la Liga 2 lusa.
Un histórico brasileño del fútbol
luso y español, el exjugador del FC Barcelona y FC Porto, Aloisio Pires, llevó la batuta generancial-deportiva en Gil Vicente. Con 50 años, ha sido el encargado de sentar las
bases de un proyecto que este año partía con muchas dudas. Actualmente Aloisio ya no pertenece a la disciplina de Gil Vicente, pese a dejar cerrado un proyecto con alto riesgo, pero que le está dado la razón futbolísitca, a veces tan caprichosa. Aloisio busca nuevos horizontes en los banquillos. Aloisio se arriesgó con un entrenador nuevo, tras dar salida a
Paulo Alves, el del último ascenso y de cierta estabilidad
deportiva, y nada más y nada menos que 20 caras nuevas durante un verano
frenético en las oficinas administrativas gilistas. Entradas, salidas y
cesiones, se sucedían prácticamente a ritmo diario.
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La apuesta conllevaba riesgos
pero hasta ahora, y tras 8 partidos disputados en la
Liga Zon Sagres, el resultado está siendo
altamente satisfactorio. Riesgos, por la revolución de cambio de caras en el
vestuario, la llegada de un nuevo entrenador, sin experiencia en el fútbol de
élite, y por las bajas de algunos líderes y veteranos del plantel, caso de Luis
Manuel, Claudio o André Cunha. Otra baja, muy importante por el valor goleador,
por su calidad, y por su posición de estrella e hijo pródigo de la afición
gilista, ha sido la de Hugo Vieira, que tras pasar cedido por Benfica la pasada
temporada y ser máximo goleador y figura clave para lograr la permanencia, ha
sido fichado por el Sporting de Braga.
El capítulo de incorporaciones,
que lideran el proyecto de Gil Vicente 2013/14, es comandado por su propio
entrenador João de Deus. A partir de ahí, el capítulo de fichajes se ha nutrido
de futbolistas llegados de la
Liga 2. Futbolistas cuajados ya en categorías secundarias que
conocidos perfectamente por el propio entrenador, bien porque han formado parte
de sus proyectos, o porque ha dispuesto durante dos temporadas, de dos
planteles que han tenido rol proactivo en la competición (Atlético -2011/12- y
UD Oliveirense -2012/13-), lo que le ha permitido reclutar nombres de
futbolistas secundarios pero de grandes prestaciones, caso de Gabriel, Diogo
Viana, Leandro Pimenta… También se ha hecho con el joven delantero Paulinho,
fichado del Trofense, una de las pocas perlas libres del mercado luso, no
reclutadas por los tres grandes, o el Sporting de Braga para sus filiales. La
llegada de los filiales a la Liga
2, ha
cambiado la configuración del mercado de fichajes para equipos como el Gil
Vicente, que deben redoblar esfuerzos para agudizar la gestión de
adquisiciones. Pocos futbolistas con cierto interés, entre los 18 y 21 años se
escapan libres.
Una de las claves para descifrar
el éxito deportivo, se encuentra también en que Gil Vicente, pese al número de
entradas y salidas, finalmente con 13 fichajes que se han quedado en el primer
equipo, más 11 futbolistas del año pasado, ha sabido mantener un esqueleto
básico, una columna vertebral en casi todas sus líneas: Adriano en la portería,
Hallison en el eje defensivo, Luan, César Peixoto y João Vilela, le están dando
al equipo un equilibrio importante. A esto hay que añadir hombres que están en
progresión, caso de Pecks, el joven espigado central caboverdiano, que sin
hacerse titular indiscutible, tiene una presencia importante en el equipo y
está siendo seguido por equipos de ligas importantes. Simy, Avto, Paulinho y
Vítor Gonçalves son futbolistas que llegan por primera vez a la
Liga Zon Sagres, con un altísimo potencial,
y están en fase de adaptación. Una fase, que cuando termine, puede dar con un
equipo de alto potencial si atendemos a las cualidades que ya han mostrado en la Liga 2, en sus equipos que
podríamos denominar “lanzaderas” al fútbol profesional (Portimonense, Oliveirense
y Trofense).
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Adriano bajo palos es una
garantía. En pleno inicio de la madurez del portero, con 30 años, es una pieza
fija en las últimas temporadas, tanto para Paulo Alves, como actualmente para João
de Deus.
La línea defensiva tiene dos laterales
incisivos, luchadores y que están mostrando un nivel altísimo: Gabriel y Luis
Martins. El eje de la zaga tiene un nombre propio: Hallison. A su lado, otro
brasileño, el experimentado Danielson, uno de los fichajes más acertados, y
Pecks se disputan el puesto de central. Experiencia y progresión en disputa.
El centro del campo tiene unos
nombres muy claros y definidos: Luan Scapolan, un brasileño que ha adoptado un
papel de actor principal en el centro del equipo, secundado por dos motores
fundamentales, César Peixoto y João Vilela, constructores y llegadores, de
recorrido, trabajo, calidad y presencia goleadora, especialmente Vilela, máximo
goleador del equipo. En los extremos, Diogo Viana y Avto, predominan,
especialmente el primero. Con 23 años, y tras formarse en Sporting y FC Porto,
has pasado por la Liga Holandesa
(VVV Venlo) y el año pasado dio el gran salto con el Penafiel en Liga 2. Un
fichaje muy acertado también.
En punta, no están llegando los
goles en cantidad, principal desajuste del Gil Vicente. Bruno Moraes se ha
hecho con un puesto destacado en la posición de 9. Y para disputarle el puesto,
dos de los futbolistas jóvenes con más futuro, salidos de la Liga 2: El nigeriano Simy,
portentoso delantero que se destapó en Portimonense, y Paulinho, otro delantero
de talla y juventud, un rematador excelente, además natural de Barcelos. Para
completar la línea atacante, otro veterano en la línea: Claudio Pitbull,
brasileño que ya ha mostrado sus prestaciones en el fútbol luso, como delantero
batallador, de brega y presión, un trotamundos que ha pasado por Arabia Saudí,
Rumanía, Turquía y varios clubes portugueses.
Un equipo sólido en defensa, con
buen criterio en su composición, que bajo la aspiración de mantener la
categoría y establecer las bases de un equipo sólido y fijo en la
Liga Zon Sagres, está siendo marcado ya
como el equipo revelación del campeonato. Seguiremos de cerca su desarrollo
durante la temporada. Dos únicas derrotas en ocho jornadas es un balance a
tener en cuenta, más aún cuando han sido derrotas muy luchadas por sus rivales,
nada menos que Benfica y FC Porto. El heroico triunfo ante el Sporting de
Braga, jugando con 9 efectivos durante 32 minutos, y marcando el 1-0 final
dentro de ese margen de tiempo, supuso un impulso como equipo, un combustible
colectivo, que sigue dando frutos.
Óscar C. López
@oscarlo_
Óscar C. López
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